Los hijosdalgo de Madrid celebraron sesión en la Casa de la Villa
Se impuso el hábito de la Orden al conde de Mayalde y otros nobles, y el lazo del Cuerpo, a siete damas.
Vistosa comitiva
A las once de la mañana, 41 de los 162 hijosdalgo que integran este Cuerpo, revestidos de hábito de paño blanco hasta los pies, con grandes vuelos, en forma de capa con vueltas de color púrpura, y sobre el costado izquierdo la cruz del Cuerpo, pasaron el patio de cristales de la Casa de la Villa, y de allí al salón de Goya, donde se encontraba el alcalde, conde de Mayalde, acompañado de los concejales señores Soler, Campos, Pareja, Gutiérrez del Castillo, marqués de Grijalba, Moreno y De Juana; oficial mayor, don Pedro Górgolas, y presidente de la Diputación Provincial, marqués de la Valdavia. Cerraba la comitiva una representación de los cronistas de la Villa. El alcalde, con de Mayalde, pronunció unas palabras de saludo a lo componentes del Cuerpo de Hijosdalgos, a las que contestó el presidente, infante don Fernando de Baviera, que expresó su emoción y agradecimiento al alcalde y a los concejales de la Villa de Madrid. A continuación, presididos por el conde de Mayalde y por le Infante, se trasladaron todos en comunidad al salón de sesiones, sentándose en los escaños mezclados con los concejales. En los primeros bancos centrales tomaron asiento las doce damas del Cuerpo de Hijosdalgos, que también formaron en la vistosa comitiva, todas ellas tocadas con peineta y mantilla negra.
Nuevos caballeros y damas
Ocuparon el estrado presidencial el conde de Mayalde, con el infante don Fernando, el patriarca-obispo presidente de la Diputación, marqués de la Valdavia, y primer teniente de alcalde, señor Soler. El secretario del Cuerpo colegiado, don Fernando García de Vinuesa, dio lectura del acuerdo de la junta celebrada el dia 5 del mes actual sobre designación de miembro de honor a perpetuidad como miembro del Cuerpo al alcalde de Madrid, sea el que fuere. Recordó que 40 d elos 60 caballeros que entonces formaban el capítulo ofrendaron su vida durante la cruzada de liberación. Contestó el conde de Mayalde con unas palabara de gratitud, mostrándose satisfecho de haber contribuido al restablecimiento de la prerogrativas del cuerpo de Hijosdalgo de la Nobleza de Madrid, cuyo escudo, obra de Palomino, está pintado en el techo de salón de sesiones. Seguidamente se efectuó la ceremonia de juramento a dleos siguientes nuevos Caballeros Hijosdalgo:
Marqués de Sales cono diputado de la Junta de Gobierno.
Don Alberto de Mesias y Gacís. Actuó de padrino el conde de Vallellano.
Don Ángel Menda??? Uriarte. Padrino don Enrique de Ocerin García
Don Jorge Miralles de Imperial. Padrino don Claudio Miralles de Imperial.
Don Antonio Gómez-Bravo Fernández-Saza. Padrino marqués de Sales.
Don Alfredo Gómez-Torres y Gómez-Trénor. Padrino, marqués de Villarreal.
Don Victoriano Fernández-Ladreda. Padrino, don José María rivera de Aguilar.
Don Francisco Maroto Pérez del Pulgar, marqués de Santo Domingo. Padrino, don Fernando García de Vinuesa.
Don José y don Fernando Finat y Bustos. Padrino, su padre, el conde de Mayalde.
Don Cristobal Colón de Carvajal, duque de Veragua, almirante d elas Indias. Padrino, su alteza real el infamte don José Eugenio de Baviera.
A continuación de impuso el lazo de damas a:
Doña Casilda de Bustos, duquesa de Pastrana, en su representación la señora de García Vinuesa. Madrina, la princesa José de Baviera.
Doña anunciada Gorosabel y Ramírez de Haro, duquesa de Veragua. Madridna, princesa María Cristina de Baviera y Mesía.
Doña María de Lourdes Rivero de Aguilar y Portela Madrina, doña Clotilde Quilez??? de García de Vinuesa.
Doña Vicenta López-Sáez Salcedo. Madrina, duquesa de Algeciras.
Doña Leonor Amézaga y Balparda y en su representación, doña Leonor López de Ceballos. Madrina señorita de García Vinuesa
Doña Luisa Granda y Torres-Cabrera, marquesa de Sales. Madrina, baronesa de Benasque.
(Fotografía: Archivo RCNM) |
El maestro de ceremonias, señor Rivero de Aguilar, solicitaba del presidente, pasar al salón a cada uno de los neófitos, individualmente. Inmediatamente de ser autorizado por el infante, entraba en la sala el pretendiente de la mano de su padrino. Se situaba frente a su alteza y de pie hacía una inclinación de cabeza, como saludo de respeto. Después el infante comenzaba el juramento mientras el neófito pone la mano derecha sobre los Evangelios y la izquierda sobre un crucifijo. A la primera pregunta respondía de pie, y a las restantes, de rodillas. El infante, presidente, interrogaba:
– ¿Queréis pertenecer al Real Cuerpo Colegiado de Caballeros Hijosdalgo de la Nobleza de Madrid?
– Sí; quiero – respondía el pretendiente.
– ¿Juráis a Dios Nuestro Señor, pertenecer a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, ser fiel a nuestro Jefe supremo, a nuestro Protector y a las leyes del Estado?
– Sí; juro
– ¿Juráis guardar y cumplir en todas sus partes los Estatutos, Reglamentos y cuantas disposiciones estén dictadas o en lo sucesivo se dicten, referentes al Real Cuerpo colegiado de Caballeros de Hijosdalgo de la Nobleza de Madrid?.
– Sí; juro
A lo que finalmente, respondía del infante: – Si así lo hiciereis que Dios os lo premie, y sino, os lo perdone.
(Fotografía: Archivo RCNM) |
Después del juramento avanzaba el nuevo caballero a situarse a la altura del presidente, quien le imponía la cruz y venera privativa del Real cuerpo, y el maestro de ceremonias le investía con la capa tradicional. Su alteza le daba los dos abrazos de ritual, y después el nuevo caballero iba siendo presentado por su padrino a cada uno de los caballeros y damas que integran la corporación. La Cruz de la Orden está formada por cuatro moharras de lanza, enlazadas entre sí, en color púrpura. La venera es un escudo que, cortado, tiene en su parte superior un castillo de oro sobre campo de gules, representando a Castilla, y en la parte inferior, un león rampante de púrpura, coronado, sobre campo de plata, con el siguiente lema: ‘ex virtute nobilitas’.
(Fotografía: Archivo RCNM) |
Después del juramento y tras unas palabras pronunciadas por el duque de Veragua en nombre de los nuevos caballeros y del infante don Fernando, el cortejo de famas, caballeros, concejales y cronistas de la villa, precedidos de los maceros municipales, se dirigió al salón de tapices de la Casa de Cisneros, donde escucharon una misa rezada, oficiada por el patriarca obispo de la diócesis, doctor Eijo Garay. Durante todos los recorridos en comitiva, la Banda Municipal interpretó por vez primera en acto oficial la “Marcha de Madrid”, últimamente aprobada por la Corporación, y que fue obra del emperador Carlos V. Finalizada la misa, todos los concurrentes fueros obsequiados con una copa de vino español, servida por Perico Chicote.
Asistieron a los diversos actos una nutrida representación de la nobleza y aristocracia, al frente de los cuales figuraban los Infantes don Fernando, don José Eugenio y don Luis Alfonso de Baviera, príncipe Adalberto de Baviera, dique de Algeciras, marqueses de Ciadoncha, Casa Tilly y Sales, y barón de Velasco.